Me dijeron al llegar a la Librería de Deusto, que de mis cinco novelas, al menos cuatro se habían presentado allí. Pues es verdad y qué bien llevan la cuenta porque desde 2015 se ha convertido en una cita habitual cada vez que publico una nueva obra.
Libreros comprometidos y que dan voz a los autores, tienen un espacio dedicado a presentaciones y otras actividades. Con algo más de una veintena de asientos, se llenó el espacio de lectores conocidos y otros nuevos la tarde del miércoles 13 de noviembre. Una reunión satisfactoria por ver esa respuesta amable del público y muy intensa cuando tocamos ciertos aspectos de Paisanaje. Aquellos que caminan al lado de la cuestión de la memoria histórica y encontré un momento para vincularlos a lo personal. El compromiso con tal cuestión, definitivamente ha saltado de una posición propia o de opinión a lo literario.
Una novela claramente intencionada, así la percibo, en poner el foco en algunas zonas oscuras. Tanto en lo geográfico cómo en lo humano. No podemos volver atrás.