El año (¿cual fue?) en que cambió el mundo

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La crisis ha acabado.

No es noticia para celebrar en este cambio de año, ni es este un mensaje alentador del gobierno ni de cualquiera de sus compinches de bandidaje, es que ciertamente, la crisis ha acabado.
Porque entendemos que esta  crisis es algo pasajero, esperanzados en que todo mejorará, pero ¿solo por desearlo habría de ocurrir así?

Según el diccionario el concepto crisis aplicado a una dolencia se define como: “mutación considerable que se produce en una enfermedad ya sea para mejoría o empeoramiento”.

Hay otras acepciones pero me quedo con esta,  porque ya que no comulgo con referirme como «crisis» a lo que  hoy ocurre a nuestro alrededor, me servirá para argumentarlo.
Si cambio “enfermedad” por “sociedad”, transformo el concepto en algo así como  una «mutación considerable producida en la sociedad, ya sea para mejor o peor…»
Si a un enfermo, o a su entorno mas cercano, le comunica el médico que tiene una grave dolencia, es común que se venga o vengan abajo, o que luche o luchen para superarlo.
¿Es eso último lo que estamos haciendo, lo que que creemos que estamos haciendo, o lo que nos han hecho creer que estamos haciendo?
Entre tanto seguiremos debatiendo en la idoneidad de los remedios empleados para acertar con el tratamiento. Entre tanto también, el mal nos cala ya hasta el tuétano.

Y así,  lo que hasta hace poco se planteaba como una hipótesis, por escucharlo en otras voces, hoy ya es certeza para este que escribe:  No hay ninguna crisis porque esto no es pasajero, simplemente se trata de que el mundo ha cambiado y nos lo están vendiendo como algo provisional.  Bastante mas sencillo así para los cocineros que aderezan esta salsa, mientras esos cambios ya asentados se tornarán en irreversibles, al menos durante mucho tiempo.

¿Alguien todavía piensa que todas las conquistas sociales, laborales, libertades que se están cercenando hoy en día, regresarán a tiempo de que pueda volver a disfrutarlas?

En medio de esta confusión y de estar cada uno pendiente de pensar en si mismo, nos han convencido de que nada se puede hacer.
Porque serán muy malos si, pero de tontos no tienen un pelo, !ya me diréis!  Son capaces de convencer a la gran mayoría por oprimida, sufrida y asustada que esté de que apenas proteste y de que deben aceptar situaciones adversas en aras de la responsabilidad, aunque al final las consientan por simple miedo.

Son capaces también de haber creado una desunión,  que a corto plazo la contemplo como insuperable, entre todos los que padecen este expolio (comencemos a llamar a las cosas por su nombre) creando auténticos chivos expiatorios para que en ellos se descargue la ira y la frustración. Siembran discordia entre nosotros porque además de mantenernos así distraídos, perdemos capacidad de organizar respuestas contundentes.
Nos han cambiado la baraja y no nos hemos dado cuenta, ahora el juego es otro.
Juego nuevo, nuevas normas…
¿Alguien las conoce? ¿Se las han explicado?
Por lo que vamos entendiendo parecen muy básicas, diría que se resumen en “se juega como queremos, quienes queremos, a lo que que queremos y cuando queremos”.
Pues expongamos las nuestras sobre el tapete de una vez.
No se requiere ser solícito ni excesivamente educado, que nos conocemos de sobra y además hay confianza. Podríamos empezar rompiéndole la baraja al tahúr, y haciéndole un gesto para que abandone el “Saloon” y nos siga a la calle.
Aunque si eso pasa hoy es posible que te quedes mas tirado que Gary Cooper en «Solo ante el peligro»  ¿pero no me diréis que no apetece, eh? 

¿No os ocurre que  aunque compartamos muchos la misma visión de este problema, no os curre que os sentís solos? ¿Que aunque coincidamos en la lectura de esta desgracia (porque lo es) nos refrenamos a la hora de dar pasos para cambiar las tornas, incluso de tomar partido?
No va a ser bueno reprimirse demasiado, mirad que agria el carácter, y la alegría no nos la podemos dejar robar también.

Os deseo un 2014 en el que  dejemos de creer que estamos solos. Si eso ocurre… si eso ocurre no sé que vendrá después, pero ese es mi deseo !que ocurra! 

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